Puede parecer un juego de niños, pero nada más alejado de esa realidad cuando debemos proyectar juguetes. Aplicar una escala de reducción manteniendo las proporciones, por ejemplo, a un producto real, no resuelve de manera directa los detalles y/o características que hacen a dicho producto reconocible como tal; puede terminar deformando o haciendo irreconocible el producto orginal.

Simplificar formas o enfatizar detalles complejos, mantener una escala o manejarse por proporciones, leer correctamente estilos, contextos, etc., son todos aspectos morfológicos que estudiamos en las distintas prácticas de proyecto de juguetes.

Y todo lo anterior debe tener su correlato con la fabricación en serie. Definir materiales, texturas, colores... ergonomía y aspectos de seguridad que eviten riesgos en el uso por parte de los niños (que no tenga aristas filosas o partes pequeñas que puedan desprenderse y tragarse).

Integrar todos estos elementos (y varios más) permitirán lograr un producto listo para interactuar, de menare creativa y segura, aumenta el valor lúdico de nuestro diseño.